"The Juniper Tree" Dir. Nietzchka Keene | Reseña por Por Jessi | Alumna de segundo semestre de la carrera de cine Arte 7 CDMX

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The Juniper Tree

Dir. Nietzchka Keene

Islandia | 1990 | 78min.

Por Jessi | Alumna de segundo semestre de la carrera de cine Arte 7 CDMX

El redescubrimiento mundial de The Juniper Tree, o como diría Antonio R. Jiménez en su crítica publicada en el año 2020, “La recuperación de un cuento olvidado”, le abrió una gran puerta a muchísimas personas que desconocíamos por completo tanto la obra, como a la directora Nietzchka Keene, siendo ésta su ópera prima y el debut como actriz para la cantante islandesa Björk. Fue en el año 2014 que comenzó el proyecto de restauración y transformación al 4K de esta película conocida en español como Cuando fuimos brujas.

The Juniper Tree nos dibuja con otras tonalidades la historia del cuento homónimo de los hermanos Grimm, ambas obras las describiría como cuentos de hadas hiperviolentos, parafraseando a David Ehrlich. Y sí, he dicho cuentos en plural porque, a pesar de ser la misma historia, son perspectivas diferentes. Lo que a su vez me lleva a decir que Keene logra adaptar con una vulgar —pero muy seductora— libertad el cuento de los hermanos, donde se apropia del temor hacia lo femenino por parte de ellos e imprime y reflexiona la incomprensión hacia la mujer, “(...) cuestiona la misoginia que define el orden moral”, escribe Antonio R. Jiménez.

Fue realizada en un especial blanco y negro, creando una atmósfera atemporal, resalta la extrañeza de manera hipnótica, sobre todo si sumamos las disonancias lingüísticas en  ciertas escenas. Musicalmente juega, y si se me permite usar el mismo término, seduce y vibra con las voces femeninas, donde la de Björk baila con movimientos diferentes a los de una segunda voz, semejante a una polifonía. Incluso los diálogos rayan profundamente en ese hipnotismo, hablada en inglés por un elenco islandés, y que pareciera que toda esa experiencia sensorial está rozando sobre la piel en forma de “invocación”.

Los paisajes, acciones e imágenes son sensuales y evocadoras, tal y como las describe Angeline Gragasin en Screen Slate. Con planos que a simple vista simulan discreción, pero son estrictos, incluso sugieren un halo paranormal, como si la intención fuera escandalizar o asustar cuando, evidentemente, no es una película de miedo.

No leí algo parecido en ninguna otra reseña, pero dejemos en obviedad que la presencia (o la esencia) lejana de ambas madres, tanto la de Margit como la de Jonas, durante el transcurso de la película, es más clara, acercándose más, debido a que representa la aceptación y reapropiación de los poderes —como bruja— de Margit; ya que al inicio ella no cree posible que pueda ser una, como lo fue su madre o como lo es su hermana, pero al final de todo logra dominarlo. 

Me gusta pensar que a los ojos de cualquier persona, esta obra será un recorrido de lo que representa el prejuicio hacia el cuerpo vivencial, espiritual —no tanto físico, anatómico— femenino, aunado a su incomprensión. 

Una pieza que nada en la superficie de un océano metafórico… ¿o no? 


REFERENCIAS:


Arte7 Cine