"Nashville"" Dir. Robert Altman | Reseña por Mauro Bengoechea
NASHVILLE
Dir. Robert Altman | 1975 | 2hrs39min.
Reseña por Mauro Bengoechea, alumno de cuarto semestre A7CDMX
Peculiar, caótica e innovadora dentro del cine independiente norteamericano. A través del arte de la improvisación verbal y ritmos de montaje nunca antes vistos por las audiencias hollywoodenses, Nashville, constituyó un singular collage ilustrativo de la capital de la música country y su sociedad. La influencia estilística de ésta y de varias de las demás películas de este cineasta en el cine indie fue tal que hoy en día los Film Independent Spirit Awards entregan cada año un premio al elenco, dirección y director(a) de casting de una obra cinematográfica destacada en el ámbito independiente, un premio que lleva el nombre del director de ésta película.
Ganadora del Oscar a la Mejor Canción Original en 1976, Nashville de Robert Altman constituye una crónica de unos alborotados días en Nashville, Tennessee en el marco del asesinato de JFK, donde una serie de personajes como cantantes, managers, políticos, reporteras y civiles de todo tipo se preparan para una gran convención política.
Aún a pesar del esfuerzo que le tomó a Robert Altman y a su ensamble actoral hacer realidad este ambicioso proyecto lo más apegado posible al contexto que retrata, lo cierto es que, entre los y las auténticas habitantes de Nashville, éste filme no fue muy popular. No por otra cosa, sino por el hecho de que las canciones compuestas para la película no fueron muy del agrado de la gente debido al tinte satírico hacia los valores estadounidenses con el que fueron escritas, y la mayoría consideró que habría sido mejor que hubiesen utilizado música country tradicional de Nashville que ya le fuese familiar a lxs ciudadanxs.
Fue tal la ambición de Altman por transformar a sus actores y actrices en auténticos personajes nacidos ahí, por hacer que las notas country y las indignaciones de Vietnam corrieran por sus venas, que dió un requisito esencial a cada actor y actriz que interpreta a un(a) cantante dentro de la trama: que ellos y ellas mismas compusieran sus propias canciones y las cantaran para la película. Más adelante les diré porqué ese detalle me parece tan especialmente bello. Y además, aunque el elenco contaba con un guión escrito por Joan Tewkesbury y el mismo Altman, la realidad es que el 90% de los diálogos del filme fueron improvisados, dándole un aire de espontaneidad casi total a las 2 horas y 40 minutos de la película que resultaba imposible de igualar en aquellos días. Más aún cuando ninguno de los miembros de tu cast pertenecen al gremio que deseas retratar.
Fue cuatros años antes, en 1971 cuando Luis Alcoriza filmó un ácido retrato de los valores tan peculiares que (desgraciadamente) caracterizan a nuestro México mágico, titulado Mecánica nacional. Si se quisiera buscar una obra equivalente pero que en su lugar dé cátedra sobre la identidad nacional y el espíritu gringo de los 60’s, definitivamente sería Nashville. Últimamente, es común que cada que veo una peli, mi madre me acompañe al otro lado de la sala y la vea conmigo. Esta vez no fue la excepción. Solo que le bastaron unos 25 minutos para decidir levantarse porque ya no pudo tolerar más. La reseña que mi mamá le dió a Nashville fue más o menos la siguiente: Hijo, sabes que me encanta ver películas contigo, pero ésta es insufrible. No se le entiende nada. ¿De verdad está entre las mejores de la historia o fue error de dedo?”. Bueno mamá, con esta reseña te confirmo con mucho pesar que no la pusieron ahí por error. Broma, he venido a rescatar este inigualable clásico del duro veredicto que le dió mi mamá al igual que varias otras personas que la han visto y tachado de sobrevalorada.
Déjenme decirles: la estructura narrativa de Nashville puede llegar a desesperar mucho si no se está preparadx para escuchar a personajes a los que no les para la boca. Nunca. Ya sea hablando o entonando canciones. Ustedes dirán “pero he visto un chingo de pelis donde todo el tiempo están diciendo cosas y no me importa porque todo lo que dicen es interesante” . Ahí está la cosa. Tal vez ustedes se refieren a diálogos escritos con ingenio, divertidos, melancólicos o de alguna manera provocadores y que están ahí para darle una dirección a la historia. Con Nashville no es el caso. Pero esto no es algo negativo, mal hecho o poco interesante.
Hay un tono banal intencional en las conversaciones. Son pocas las interacciones entre personajes que se muestran por completo o que son interesantes en su totalidad. Sin embargo, es el dinamismo del montaje de estos breves momentos, la música y la fuerza dramática de las secuencias más desarrolladas lo que la hace tan curiosa de apreciar. Suponiendo que alguien entre mis lectores y lectoras haya nacido en Nashville, Tennessee, o tuviera un conocimiento enciclopédico sobre el contexto histórico, político y cultural de Estados Unidos durante la guerra de Vietnam y después de la muerte de Kennedy, entonces la película será muy fácil de digerir y hasta le resultaría familiar. Pero, sin conocer este contexto a la perfección, tu experiencia al verla es mucho más interesante de describir.
Porque es la experiencia de un turista. Ver esta obra es como bajarse de un avión y pisar el suelo de Nashville sin saber realmente mucho de ese lugar en el que tu avión acaba de aterrizar, ni de las personas que lo habitan. ¿Qué es lo que haces cuando acabas de llegar a un lugar completamente nuevo sin conocer nada ni a nadie? Escuchas fragmentos de conversaciones aleatorias que nunca sabrás cómo terminaron o iniciaron. Sigues caminando. Y aquello que más llama tu atención te detienes a escucharlo o apreciarlo. Escuchar a lxs cantantes interpretando sus rolas que literalmente ellos mismos y ellas mismas compusieron; lo que tienen que decir a través de su arte esos pintorescos personajes que te encontraste momentos antes, sirve para abrir brevemente una ventana hacia su alma.
A medida que sigues avanzando comienzas a tener una noción más sólida de los valores de ese pequeño lugar, y de gran parte de la sociedad norteamericana de ese entonces, su frustración por las injusticias del gobierno de su “gran” país, candidatos hipócritas apelando a las causas que lxs jóvenes defendían, cuestiones raciales, de género… y una vez que ya nos hemos involucrado lo suficiente en este viaje subversivo y melodioso, todo ello culmina con un golpe inesperado a las entrañas del espectador más revolucionario... ¡Pero hey! El show debe continuar, ¿verdad?¿Verdad?... oh ... 9/10. Para quienes están acostumbradxs a ver un cine de tinte más clásico y lineal, Nashville puede ser muy difícil de apreciar en un inicio, y yo mismo pensé en algunos momentos que era una completa pérdida de tiempo mientras la veía.
Pero, contrario a lo que puedan imaginar, lo vale. Es una experiencia culturalmente interesante en la forma y en el fondo. Les invito a que la vean.